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Alfarp

Alfarb es un pueblo del valle de Els Alcalans, subcomarca interior de La Ribera del Júcar. Actualmente cuenta con unos 1.544 habitantes dedicados a la agricultura de regadío y a la pequeña industria.
El poblamiento del término se remonta al mesolítico. De este período se conservan pinturas rupestres, de caza de ciervos, en la Falaguera. Hubo poblados del bronce en el Puntal, la Mallada y Escopalls.
La romanización fue intensa. En el solar que ocupa la población existió una villa romana, cuya parte residencial se hallaba en la Plaça Nova, donde han aparecido columnas de mármol rosáceo de Buscarró y pilares de baño termal. Alrededor del Castillo existiría un torcularium (almazara aceitera) y otras dependencias de trabajo. Piezas de aquel se hallaron, reutilizadas, en los muros y cimientos de la torre. Según Vicent Boix (siglo XIV), podría haber habido un arco de triunfo en la calzada romana –camino de Xàtiva. Aunque podrían ser también los restos de algún monumento funerario. Hubo, además, un templete de Hércules (conocido gracias a la inscripción Herculi invicto). El fundus o finca rústica de Alfarb debió pertenecer al tribunus militum laticlavius Fonteius Pius, un oficial de rango senatorial mencionado en una de las cinco lápidas asociadas al monumento.
Cuando llegaron los musulmanes, la villa era un despoblado en ruinas. De modo que la alquería o poblado que fundaron, asociado a la traza de acequias y a una huerta, adoptó el nombre de Qaryat al-Khârb, ‘la alquería del Despoblado’. El nombre figura como Alharb o Alfarb en textos medievales, cuando dominaron la hoya, sucesivamente, los linajes feudales de los Montagut, los Centelles y los Borja. La población se integró así en el marquesado de Llombai, vinculado al ducado de Gandía (siglos XVI-XIX). Los moriscos que lo habitaban fueron expulsados en 1609 y reemplazados en 1611 por 33 familias de cristianos viejos. Prosperó Alfarb demográficamente en los siglos XVIII (renovación de la iglesia), XIX y XX, pero con tendencia a la emigración desde mediados del siglo pasado.

Lugares de interés:

Pinturas rupestres
Alfarp, entre su patrimonio cuenta con unas pinturas rupestres que forman parte del Arte Rupestre
Levantino.

Se han encontrado restos de sílex trabajado, restos de cerámica en los alrededores de cuevas como la
Cueva de l’Ou y en la Cueva de l’Almaguer. Estos restos pertenecen a la época en que los hombres de
nuestra tierra vivían en cuevas recogiendo los frutos que la naturaleza les proporcionaba y se organizaban
para hacer emboscadas a los animales.
También se han encontrado restos de pinturas que realizaban en las paredes de cuevas pequeñas o abrigos.
Estas pinturas pertenecen al conocido Arte Rupestre Levantino, declaradas Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO en 1998. Son generalmente escenas naturalistas de la vida cotidiana entre los cuales
ocupan un lugar destacado las escenas de caza de cabras, ciervos, jabalíes, caballos… y también luchas
entre humanos, danzas, desfiles, recolecciones, etc.
Estas pinturas se localizan en el Barranco de la Falaguera, paraje de extraordinaria riqueza botánica y paisajística.

Dirección: Barranc de la Falaguera
Telefono: 96 255 03 91 – 670 377 191
Web: www.alfarp.eu/la-falaguera/
Mail: turisme@alfarp.es

Iglesia de San Jaime Apostol
Se desconoce la fecha de construcción, pero fue restaurada en 1964. Al exterior, a la izquierda de la fachada, se levanta la torre con tres cuerpo mas el campanario. El perfil de la iglesia responde al típico estilo valenciano con remate afilado sostenido por cuatro contrafuertes perforados por arcos y cúpula de cerámica. En el interior observamos una ordenación de tradición gótica con capillas entre sus contrafuertes y coro elevado a los pies del templo. Destaca la abundante decoración ornamental del Rococó valenciano. Otros elementos a destacar son el presbiterio, asentado sobre tres escalones y decorado por un retablo de escayola, de lineas neoclasicista con la imagen de San Jaime al centro; la capilla de la Comunión, situada a la izquierda del presbiterio, cubierta por una bóveda de cañón de tres tramos y luz natural; y la sacristía, la cual esta cubierta con bóvedas y una cúpula central, muy pequeña, sobre pechinas y tambor.

El Castillo de Alfarb
Es un torre andalusí construida sobre los restos de una antigua finca rustica romana, que nos ha dejado restos arqueológicos en los mismos cimientos de la torre. 

La fortaleza pertenecía a la conocida hoya de las Torres Albas del S. XII, construida con una sólida fábrica de tapia encajonada y para controlar el paso estratégico del rio Magre, para ir a la Albufera y el camino islámico de Xàtiva a Llíria.

La torre musulmana era mas alta que la actual, y estaba coronada por almenas, parecida a la torre de Espioca de Picassent. Además, disponía de una barbacana o antemural perimetral similar al conservado a la torre cercana de Alédua en Llombai.

Formaba parte del recinto amurallado de una alqueria musulmana en que estrategicamente situada, estaban vinculadas con un sistema defensivo de un area geografica determinada, en vias de comunicación, en montañas, valles y rios.  La torre de una alqueria estaba totalmente integrada en ella y se podía utilizar como almacén o granero de la comunidad campesina que residía en ella.

Jaume I donó el lugar y la torre al caballero Pero de Montagut, que transformó la torre en un castillo o fortaleza señorial. A tal efecto se rebajo el baluarte o paso de ronda perimetral, uniéndolo a la torre con una bóveda de cañón que le dio un aspecto de caja fuerte o granero. 

A partir del S. XVIII, el castillo perdió toda función defensiva y de protección, utilizándose durante varios siglos para otros menesteres.

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